Desde la aparición de La Ciénaga, el cine argentino marca otra diferencia en su modo de expresar las películas. En estas 2 películas notamos ese estilo particular de Lucrecia Martel, marcado por esos personajes extraños, algunos algo oníricos y a la vez no, según desde la óptica que le atribuyamos. También encontramos ese clima tenso, cargado de misterio, y esa manera silenciosa en que los personajes transcurren su historia. Pero vemos también esa fotografía nueva que solo podemos ver en los planos de películas de carácter dogmático.