September 13, 2014

Doppelgänger : Ese malvado Otro Yo

En la literatura anterior al romanticismo el tema del Doble aparece prefigurado en el tema del sosias o de los gemelos, utilizado para lograr un efecto cómico en obras como las comedias sobre Anfitrión de Plauto o Molière o La comedia de las equivocaciones de Shakespeare. También aparece en la mitología: Zeus toma la apariencia de Anfitrión para unirse a Alcmena, y otro tanto hace Uther Pendragon, convirtiéndose en un doble del marido de Igraine para yacer con ésta.

El romanticismo se interesa por el fenómeno del Doble como materialización del lado oscuro y misterioso del ser humano (lo que Jung llamará la Sombra). Mario Praz sugiere que cuando el público llama Frankenstein a la criatura del doctor Frankenstein no está tan equivocado como parece, pues el monstruo es de algún modo un desdoblamiento de su creador.6 En Los elixires del diablo, de E. T. A. Hoffmann, Medardo, el protagonista, sufre la persecución de un Doble que en ocasiones es corpóreo, pero otras veces parece una parte escindida de la psique del propio Medardo. Es probable que en su estudio de la literatura psiquiátrica de la época (o en sus visitas a manicomios) Hoffmann topara con casos que hoy se catalogarían como esquizofrenia. Su propio estado mental llegó a ser muy confuso durante la redacción de la primera parte de la obra, que tuvo para él un efecto terapéutico.

Robert Louis Stevenson toma de Hoffmann el tema de un bebedizo o pócima (los elixires del diablo en la obra del alemán) que convierte a quien la toma en una versión maligna de sí mismo en El Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Fiodor Dostoievski, por su parte, aborda en su obra El Doble el desdoblamiento de la personalidad desde un punto de vista que ya podemos definir como psicológico, adentrándose en las oscuridades del pensamiento humano.

Hans Christian Andersen propone una versión alegórica del Doble en su relato La sombra: un sabio delega en su sombra ciertas responsabilidades, cada vez mayores; finalmente, se trocan las tornas y la sombra usurpa la personalidad de su antiguo amo.

El relato de Poe William Wilson tiene la originalidad de que en él el Doble no encarna las tendencias malignas del protagonista, sino la voz de su conciencia.

En Rayuela, novela del escritor argentino Julio Cortázar, el protagonista llama irónicamente a un personaje su Doppelgänger debido a una curiosa simetría que se establece entre ellos en varios aspectos de su vida.

El primer capítulo de la novela Cicatrices, del escritor argentino Juan José Saer, se cierra cuando uno de los protagonistas se cruza (mientras anda por la calle) con un desconocido que es prácticamente idéntico a él y comienza a perseguirlo.

En la novela El hombre duplicado de José Saramago el protagonista Tertuliano Máximo Afonso descubre a los 38 años que en su ciudad vive un individuo exactamente igual a él al que no le une ningún vínculo de sangre.

En el relato El vizconde demediado, de Italo Calvino, el protagonista se divide en dos debido a una bala de cañón; ambas partes sobreviven de forma independiente y sólo al final tras una lucha entre ambas consiguen unirlas y coserlas para formar el hombre completo.

Literatura
Jean Paul, novelas Siebenkäs (1796) y Titán (1801-1803).
E. T. A. Hoffmann, relato La historia del reflejo perdido (1815).
E. T. A. Hoffmann, novela Los elixires del diablo (1815-1816).
Achim von Arnim, relato El príncipe Ganzgott y el cantante Halbgott (1818).
Mary Shelley, novela Frankenstein o el moderno Prometeo (1818).
E. T. A. Hoffmann, relato Los dobles (1821).
James Hogg, novela Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado (1824).
José de Espronceda, poema narrativo El estudiante de Salamanca (1837).
José Zorrilla, relato La Madona de Rubens (1837).
Nathaniel Hawthorne, relato La mascarada de Howe (1838).
Poe, relato William Wilson (1839).
Théophile Gautier, relato El caballero doble (1840).
José Zorrilla, poema narrativo El capitán Montoya (1849).
Hans Christian Andersen, relato La sombra (1847).
Fiódor Dostoyevski, novela El Doble (1866).
Sheridan Le Fanu, relato El señor juez Harbottle (1872).
Mark Twain, novela El príncipe y el mendigo (1881)
Robert Louis Stevenson, relato Markheim (1884).
Robert Louis Stevenson, novela El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1885).
Guy de Maupassant, relato ¿Él? (1889).
Guy de Maupassant, relato El Horla (1887).
Oscar Wilde, novela El retrato de Dorian Gray (1890).
Marcel Schwob, relato El hombre doble (1891).
Bram Stoker, relato Crooked Sands (1894).
H. G. Wells, relato La historia del difunto Mr. Elvesham (1897).
Henry James, relato La esquina alegre (1908).
Ambrose Bierce, relato Uno de los mellizos (1909).
Joseph Conrad, El partícipe secreto (1910).
Giovanni Papini, relato Dos imágenes en un estanque (1912).
Freud, ensayo Lo siniestro (1919).
Hermann Hesse, novela Demian (1919).
César Vallejo, relato Mirtho (1923).
Miguel de Unamuno, obra de teatro El otro (1926).
Ryunosuke Akutagawa, novela corta Los engranajes (1927).
José María Salaverría, relato La muerte de mi «doble» (1928).
Jenaro Prieto, novela El Socio (1928).
Vladimir Nabokov, novela Desesperación (1936).
Juan Carlos Onetti, novela "La Vida Breve" (1950)
Julio Cortázar, relato Lejana (1951).
Italo Calvino, novela El vizconde demediado (1952).
Julio Ramón Ribeyro, relato Doblaje en su libro Cuentos de circunstancias (1958).
Carlos Fuentes, novela corta Aura (1962).
Phillip K. Dick, novela ¿Sueñan los Androides con. Ovejas Eléctricas? (1968).
Juan José Saer, novela Cicatrices (1969).
Jorge Luis Borges, relato El otro, incluido en El libro de arena (1975).
Cristina Fernández Cubas, relato En el hemisferio sur (1983).
Orhan Pamuk, novela El castillo blanco (1985).
José María Merino, novela La orilla oscura (1985).
Paul Auster, Trilogía de Nueva York (1985-1986).
Javier Marías, relato Gualta (1986).
José María Merino, relato El derrocado (1994).
Gonzalo Suárez, relato La verdadera historia de H y J (1994).
Carlos Ruiz Zafón, novela Las luces de septiembre (1995).
Chuck Palahniuk, novela El club de la lucha (1996).
Gonzalo Mariátegui, relato El encuentro en su libro La escalera de caracol (1998).
Haruki Murakami, novela Sputnik, mi amor (1999).
Peter Straub, novela Mr. X (1999).
Anne Rice, novela El Santuario (Blackwood Farm), (2002).
José Saramago, novela El hombre duplicado (2004).
Juan Jacinto Muñoz Rengel, novela El sueño del otro (2013).
Mélan, relato Las caras que se bifurcan (2013).

Películas
Fritz Lang, película Metrópolis, María, líder rebelde, es sustituida en laboratorio usando un androide con su mismo nombre. (1927)
Hitchcock, película Strangers on a Train (Pacto siniestro, Extraños en un tren) (1951).
Robert Mulligan, película El Otro (The Other) (1972).
David Cronenberg, película Dead Ringers (1988).
Krzysztof Kieslowski, película La doble vida de Verónica (1991).
Avi Nesher , película Doppelganger (1993)
David Fincher, película Fight Club, basada en la novela homónima de Chuck Palahniuk (1999).
Jet Li, película The One (2001).
Christophe Gans, película Terror en Silent Hill (2006).
Black Swan, de Darren Aronofsky donde el personaje de Nina Sayers (Natalie Portman) tiene que vencer a su doppelgänger para llegar a la perfección (2010).
El orfanato, de Juan Antonio Bayona la protagonista interpretada por Belén Rueda ve en un momento de la película a su doble como un augurio de muerte (2007).
The abandoned, de Nacho Cerdà, (2006).
Lost Highway, de David Lynch, (1997).
Enemy, de Denis Villeneuve, (2014).
                                                                                                                 Wikipedia